Un Santo y una Iglesia $20
i oo
Hoy es un día extraño. Hubo un viento fuerte durante todo el día. Aunque cada día hay más cartoneros, hoy está extrañamente tranquilo.
"Ayer también estabas tan cansado", pregunta María. "Si, destruido", contesto. Ayer fue realmente cansador. Empujando el carro lleno y pesado de Héctor todo el día. Se sienta al lado mío y me cuenta cómo pudieron vender todo. Héctor tenía miedo de no poder vender el gran rollo de cinta que encontramos ayer, un rollo de 60 kilos. No era un problema; fue un día grandioso para ellos.
Héctor se acerca y se sienta al lado mio. "Traés suerte", me dice y me da algunos regalos, una llama de metal chiquita, un par de tijeritas y un sacapuntas. Me sorprende.
Un grupo amistoso de jóvenes pasa con sándwiches y ropa. Son de Caritas, la caridad de la iglesia católica. "Sus sándwiches son realmente ricos", le digo a Héctor. "Bueno, sí, pero peor es nada", dice sarcásticamente.
i

<< inicio < objetos > siguiente relato >> este objeto de José vendido